Gracias, Angela! Por Thomas Karig

Las elecciones en Alemania el domingo 26 de septiembre están marcadas por muchas interrogantes, pero una cosa es segura: Angela Merkel ya no será la Jefa del Gobierno de Alemania. Y no es porque su partido gane o pierda las elecciones, o porque el mismo partido haya buscado otro liderazgo. Sino sencillamente porque ella así lo decidió, y lo anunció hace dos años. De los méritos por los que vamos a recordar a Angela Merkel, ese es uno: retirarse dignamente sin haber sido derrotada.

El retiro de Merkel es comentado en todo el mundo, porque su figura destaca entre los políticos tradicionales que van y vienen, y también entre los que se perpetúan. Ser la primera mujer al frente del gobierno de la cuarta economía del mundo, y teniendo en cuenta que ninguna de las primeras tres (EUA, China y Japón) han tenido una jefa de gobierno, la califica automáticamente como la “mujer más poderosa del mundo”. Otra cualidad es su formación de científica, con doctorado en química física, contrastando con los economistas y abogados que se dedican normalmente a la política.

La reunificación de Alemania en 1989 la motivó a involucrarse en la política, y pronto se convirtió en un talento emergente en el partido de la Democracia Cristiana de Helmut Kohl. Fue ministra de la Familia y del Medio Ambiente bajo Kohl, y tomó la presidencia de su partido después de que este perdiera las elecciones de 1998. En 2005 la Democracia Cristiana, liderada por Merkel, regresó al poder, y a partir de ahí se cuentan los 16 años de la “era Merkel”.

Su gobierno estuvo marcado por dos características: la continuidad sin sobresaltos, y la gestión de sendas crisis locales y mundiales con buenos resultados por lo menos para los alemanes. Pero con tanta crisis, los grandes temas que aquejan a Alemania, a la Unión Europea y al mundo no han sido empujados realmente por Merkel. Un encabezado en la revista “The Economist” habla de “los líos que Merkel deja” a su sucesor. Ahí están el atraso de la infraestructura digital alemana, el riesgo financiero del sistema de pensiones, una austeridad fiscal que ha reducido la eficacia de la administración pública, e incluso algunos compromisos relacionados con la mitigación del cambio climático que no se cumplieron. En la política exterior se percibe la falta de impulso a la Unión Europea, que es parte de la precaución que caracteriza a los alemanes para tomar posiciones firmes en temas internacionales. Aunque no hay que olvidar que colocó a una de sus colaboradoras más cercanas, Ursula von del Leyen, en la presidencia de la Unión Europea.

El desgaste que su partido sufrió después de 16 años en el poder cambiará el paisaje político de Alemania, algo que en una democracia parlamentaria es normal y hasta deseable. Ningún partido extremista ni populista tendrá posibilidad de participar en el nuevo gobierno, tan solo eso es motivo de tranquilidad, y quizás en eso Angela Merkel tiene algo que ver. Sus decisiones destacables fueron tomadas más por convicción personal (y sentido común) que por ideología partidista, y el gran aprecio que los alemanes y los no alemanes tienen por ella, también está relacionado con eso.

Hay un hecho de su historia personal que poco se menciona, pero que en mi opinión es fundamental para entender a este gran personaje: su padre fue pastor de la iglesia luterana, y sin duda la fortaleza ética que admiramos en ella tiene allí sus raíces. El ejemplo mas claro fue su decisión espontánea de admitir a cientos de miles de refugiados sirios, sin consideración de intereses políticos de ningún tipo. Y justificó su decisión con una frase que se volvió emblemática: “Nosotros podemos hacerlo”. Que no es un slogan como el “Yes we can” de Obama, sino la expresión de una profunda convicción de lo que podemos, y debemos, hacer.

Por eso vamos a echar de menos a Angela Merkel, y su sucesor (todo parece indicar que será un hombre) va a ser medido contra esa fortaleza de carácter, la claridad de sus palabras y la sencillez de su
presencia.

Como consuelo: seguramente la formación del nuevo gobierno será complicado y tardado, por lo tanto Angela Merkel todavía acudirá a la oficina de la Cancillería por un tiempo más. Y la recordaremos como a los buenos amigos: ¡gracias por ser como eres!